NÓDULOS DE LA GLÁNDULA TIROIDES Y LA BIOPSIA POR ASPIRACIÓN CON AGUJA FINA

 

Jorge G. Billoch Lima, MD, FCAP

Patólogo Anatómico y Clínico en la Facultad Médica de HRPLabs

Director de Patología del Centro Comprensivo de Cáncer.

 

La glándula tiroides está localizada en el centro del cuello.  Su forma, parecida a una mariposa, incluye el lóbulo izquierdo y el derecho (lo que serían las alas) y una sección central llamada el istmo.  La hormona tiroidea, generada en esta glándula, ejerce su función en una gran cantidad de sistemas del cuerpo humano.  Entre sus funciones más importantes, estimular el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.

Los nódulos tiroideos son comunes.  Estudios demuestran que, utilizando una herramienta sensitiva, como una máquina de ultrasonido, entre un 19% a un 68% de las personas tienen nódulos tiroideos menores de 1 cm (con mayor incidencia en mujeres y adultos mayores)1.  Por otro lado, sólo el 5% de las mujeres y el 1% de los hombres demuestran nódulos palpables (mayores a 1 cm)2.  Entre un 7-15% de los nódulos tiroideos demuestran malignidad3, requiriendo que sean removidos por medio de cirugía.  Aunque la gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, algunos de estos pueden llegar a crecer hasta alterar el diario vivir del paciente, causando molestias para tragar y/o respirar entre otros.  Esto sería también una posible razón para remover los nódulos por cirugía.

 

 

Históricamente, solo se podía determinar si este tipo de masa era benigna o maligna luego de remover la glándula (o parte de ella) quirúrgicamente.  Ya que en su mayoría los nódulos son benignos, se buscaron métodos de diagnóstico menos invasivos para evitar la remoción de una glándula tan importante.  En el caso de ser un nódulo benigno, para evitar cirugías subsiguientes y en el caso de que el nódulo fuese maligno, evitar una remoción parcial.

La biopsia por aspiración con aguja fina (o FNA por sus siglas en inglés) se ha convertido en el método más utilizado para estudiar este tipo de nódulos por su sencillez y alto valor diagnóstico.  El procedimiento es simple.  Utilizando una aguja de un diámetro de 0.413 mm, introducida a través de la piel y guiada con una máquina de ultrasonido, se remueven células individuales y pequeños trozos del tejido que compone el nódulo.  Estos son fijados en una laminilla, teñidos y verificados al momento por el patólogo, quien determina si se extrajo una muestra suficiente para llegar a un diagnóstico.  De ser necesario, se realizan aspiraciones adicionales para obtener más material o para realizar estudios especiales.  Luego, en el laboratorio de patología, se aplican tinciones adicionales y el patólogo llega a un diagnóstico con toda la información a la mano (historial, material obtenido, estudios especiales, etc.).

Otra forma en la que se evitan las cirugías innecesarias es mediante el uso de guías que rigen cuándo se recomienda realizar un FNA y cuándo dar seguimiento al caso con estudios sonográficos subsiguientes.  La Asociación Americana de Tiroides (ATA por sus siglas en inglés) y el Colegio Americano de Radiología (ACR) han desarrollado y mantienen al día estas guías, basándose en el tamaño y otras características sonográficas que aumentan el riesgo de malignidad de un nódulo, tales como bordes irregulares y microcalcificaciones, entre otras.  La más reciente de estas guías es el TI-RADS Thyroid Imaging Reporting and Data System) desarrollado por el ACR.  Recientemente estas guías recomiendan el FNA en nódulos de mayor tamaño que en el pasado basándose, a grandes rasgos, en el riesgo negligible de malignidad en nódulos pequeños.

Adicionalmente, existen subtipos de tumores de tiroides que, aunque clásicamente se consideran malignos, no necesariamente aumentan la mortalidad (llevan al deceso) o morbilidad (afectan la salud en general) del paciente, y por ende no requieren cirugía inminente.  Las diferencias entre estos tumores se ven a nivel del DNA de las células malignas, y por esto se han desarrollado estudios moleculares que pueden ayudar a diferenciar entre estas variantes.  Hoy en día estos estudios pueden determinar si un tumor tiene una mutación que aumenta su propensión a ser agresivo.

El FNA ha logrado una disminución significativa de cirugías innecesarias y junto a los nuevos avances en estudios moleculares la comunidad médica continúa trazando camino en el diagnóstico y tratamiento de estas condiciones.

 

Referencias:

  1. Vander JB, Gaston EA, Dawber TR 1968 The significance of nontoxic thyroid nodules. Final report of a 15-year study of the incidence of thyroid malignancy. Ann Intern Med69:537–540.
  2. Guth S, Theune U, Aberle J, Galach A, Bamberger CM 2009 Very high prevalence of thyroid nodules detected by high frequency (13 MHz) ultrasound examination. Eur J Clin Invest39:699–706.
  3. Hegedus L 2004 Clinical practice. The thyroid nodule. N Engl J Med 351:1764–1771